Despues de más de un mes del término del festival de la cerveza haré mi cronica de viaje.
Llegando a la villa nos encontramos con esto
Nah, mentira. Era un día caluroso y espectacular, hasta que se vino una nube muy oscura que nos avisaba que al igual que el año pasado ibamos a pasar las festividades bajo el agua.
Fuera del parque cervecero, todo era como de costumbre: Gente alegre, saltando, festejando, bebiendo (obviamente), y disfrutando del día junto a miles de extraños.
Hasta el momento que se largo la lluvia. Aprovechando estra situación, con mis compañeros de viaje fuimos a comprar souvenirs y el clasico chop descartable (referido al sacrificable chop barato de ceramica, nada de cosas caras)y despues de pasear largo rato, beber y beber, se hicieron casi las 23 horas y en ese momento nos dirigimos al parque cervecero que realmente daba lastima. Los locales participantes no llegaban a la calidad del año pasado.
La cerveza artesanal casi brillo por su ausencia. Este año falto Barab Roja. Solo un par de stands de cerveza artesanal (de baja calidad)) se hicieron presentes este año y realmente se notó por la poca variedad y lo caro que se podía conseguir cerveza común como la Isembeck que estaba el litro 12 PESOS! Se puede creer??? Mucha de la cerveza artesanal en el parque cervecero estaba al mismo precio!
Despues de pasear un rato se nos hacia tarde y nos volvimos zigzagueando como era de esperarse hasta donde nos levantaban con el micro para volver a nuestro parador.
Al otro día la misma rutina, pero antes de entrar más temprano, pudimos apreciar una columna de escoceces por la peatonal que iban hacia el parque cervecero
(Habia algunas chicas que estaban para hacerles la guerra a lo Brave Heart)
Adentro todavia habia alguno que otro espectaculo dentro del parque cervecero pero nuestro objetivo era beber, paseamos por todos los stands de cerveza artesanal que pudimos y probamos todo los que el estomago nos dejaba meter.
Al concluir el horario de visita "cervecistico" nos dirigimos a la vecina localidad de Villa Calamuchita, donde paramos en un boliche llamado Sheik (como la novela esa de Gustavo Bermudez), donde la fiesta al igual que en capital arrancaba tarde.
Al otro dia volviendonos, completamente destruidos aproveché y saque unas cuantas fotos que pongo aqui.
En resumen, este año Villa Gral. Belgrano no mostró un sacrificio digno para el Dios Nordico Odin, lamentablemente. Esperemos que para el próximo año se esmeren con los patrocinadores y la variedad de cerveza tanto de venta regular como artesanal.
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(Habia algunas chicas que estaban para hacerles la guerra a lo Brave Heart)
